Unas de las principales ventajas sin duda de la tecnología LED es el ahorro energético que se produce al sustituir nuestras antiguas bombillas incandescentes, halógenas o fluorescentes por unas nuevas de LED por supuesto manteniendo los mismos niveles de iluminación que teníamos antes de cambio.
Ese ahorro energético se debe a que el uso de nuevas tecnologías permite fabricar bombillas de mayor rendimiento lumínico que las que se usaban anteriormente.
¿Y qué es el rendimiento lumínico?
El rendimiento lumínico de una lámpara se mide en Lm/w y es la relación entre la cantidad de iluminación que produce una lámpara y la potencia que consume.
A continuación se muestra una gráfica comparativa del rendimiento lumínico que tiene las diferentes tecnologías de iluminación.
Una bombilla es más eficiente cuando es capaz de dar la misma cantidad de luz (lúmenes) con una menor potencia consumida (vatios).
También podemos observar como para conseguir una iluminación de 800Lm, con unas tecnologías necesitamos consumir 60w de potencia para llegar a esa iluminación mientras que con la tecnología led solamente necesitamos consumir 10w para obtener la misma iluminación.
A menor rendimiento lumínico mayores son las pérdidas de energía que tiene una lámpara para producir la misma cantidad de iluminación. Una lámpara incandescente desaprovecha casi el 90% de la energía que consume mientras que en una lámpara de led esa pérdida es de solamente un 10%.